ARONA, 20 DE ABRIL 2008
Primer partido en la concentración de Arona y primer triunfo para un Cáceres que aguantó la ventaja conseguida en el primer cuarto gracias al trabajo de Lorenzo Díaz desde el perímetro y Martín Buesa en la pintura y venció al Surne Bizkaia.
Cáceres 2016 (75=22+22+22+9): Alberto González (2), Lorenzo Díaz (23), Alberto Aspe (11), Miguel Ramos (4), Martín Buesa (19) –inicial– Giorgi Kinter (12), Adriá Maldonado (4), Jorge Sánchez (0) y José María Tovar (0).
Surne Biskaia Basket (60=15+19+21+5): Mikel Aguirre (0), Peru Zorrozua (11), Asier Zengotitabengoa (25), Joseba Ipiña (0), Unai Calbarro (9) –inicial–, Ión Ocerín (4), Mikel Gastón (3), Iker Amutxastegui (0), Thomas Hampl (8) y Juan Rebollo (0).
Árbitros: Alberto Perera (Valencia) y Alejandro González (Asturias). Eliminaron a Buesa (39’).
Incidencias: Pabellón Municipal de Los Cristianos, ante unos 100 espectadores.
Parciales: 11-10, 22-15, 33-25, 44-34 –descanso–, 56-43, 66-55, 71-58 y 75-60.
CARLOS GARCÍA | Los Cristianos | ESTADISTICAS |
El Cáceres 2016 arrancó la concentración con una clara victoria ante el Surne Biskaia, filial del Bilbao de ACB. El cuadro extremeño mandó siempre en el marcador y lo hizo gracias al equilibrio que le dieron tres de sus jugadores: su base Alberto González, que estuvo en cancha los 40 minutos y que si bien sólo anotó dos puntos, repartió 10 asistencias; su escolta Lorenzo Díaz, autor de cinco triples, a lo que sumó ocho rebotes, seis asistencias y cinco robos; y sobre todo, Martín Buesa, un vinculado del Tau que fue un auténtico jabato debajo de los aros para acabar con 19 puntos y 20 rebotes, 14 de ellos ofensivos. Además, alguna pincelada de Aspe, un habitual del Cáceres de LEB Plata, sirvió para rematar a un cuadro vasco que dependía mucho de la aportación de Zengotitabengoa.
Después de un comienzo loco el Cáceres cogió una ventaja que ya nunca perdería pese a dos arreones bilbaínos en el inicio del segundo y tercer periodos (18-22 y 41-49). El poderío interior de Buesa, los triples de Lorenzo Díaz y algunos puntos debajo del aro de Kinter bastaron para finiquitar el triunfo cacereño.